Shanghai

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Restos prehistóricos indican que la zona donde se sitúa la actual Shanghái estuvo habitada desde el neolítico por pueblos de pescadores y agricultores.

Durante la dinastía Han (206 a. C. al 220 d. C.) se sabe que hubo una pequeña aldea y en la época Tang (618-907) existió en la zona una aldea llamada Quilong.

No es hasta 1297 cuando, por la importancia de su industria textil del algodón, se convirtió oficialmente en ciudad.

En el año 1553, durante la dinastía Ming, la pequeña ciudad fue fortificada para evitar el ataque de los piratas japoneses. Con la construcción de las murallas Shanghái alcanzó realmente el estatus de ciudad.

La llegada de los occidentales y del opio

La historia de Shanghái podríamos decir que comienza con la llegada de los occidentales y de una sustancia por ellos introducida que cambiaría la historia de toda China: el opio.

Fueron principalmente los ingleses los que difundieron el consumo del opio entre los chinosque cultivaban en la India. El comercio del opio sería la causa de dos guerras, cuyas consecuencias marcaron la personalidad de Shanghái.

En la primera guerra del opio (1839-1842) los ingleses, tras derrotar a los chinos, consiguieron que la ciudad de Shanghái se convirtiese en una ciudad libre al comercio internacional.

En la segunda (1856-1860), los ingleses, apoyados por los franceses, volvieron a derrotar a los chinos y la ciudad de Shanghái pasó a ser administrada por los occidentales.

Shanghái fue dividida entre las potencias occidentales, ingleses, franceses y estadounidenses, a los que se sumaron los japoneses tras la primera guerra chino-japonesa de 1894-95.

Hay que matizar que los chinos de Shanghái no vieron con malos ojos el poder de las potencias extranjeras, pues sus condiciones de vida en la ciudad eran muy superiores a las del resto de China.

La época occidental es la de la legendaria Shanghái. La ciudad se llenó de edificios occidentales cambiando su fisonomía y se convirtió en la mayor y más rica ciudad de China.

De la mítica Shanghái a la actualidad

Su situación estratégica, el comercio del opio, de la seda y del té, hicieron de Shanghái el mayor centro industrial y comercial de China. Pero al mismo tiempo la explotación, el vicio, el juego y la prostitución camparon a sus anchas, contribuyendo a la imagen novelesca y aventurera de Shanghái, conviertiéndose en la meta de todos los buscavidas del mundo.

El descontento de las clases populares fue el caldo de cultivo que hizo surgir un movimiento contra los extranjeros y contra la propia dinastía Qing, que era de origen manchú y que siempre fue considerada extranjera, aun después de tres siglos en el poder.

En 1900 estalló la Revuelta de los Boxers en Pekín. En 1902 se fundó en Shanghái la Sociedad para la Recuperación con el objetivo de expulsar a los extranjeros y a la propia dinastía Qing.

En 1921 se fundó en Shanghái el Partido Comunista Chino.

En 1927 tuvo lugar el aplastamiento del movimiento revolucionario por las tropas de Chang Kai-shek.

En 1937 Shanghai pasó a manos de los japoneses que la controlaron hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945. Durante la guerra fue refugio de miles de europeos, entre ellos muchos judíos.

En 1949 llegaron al poder los comunistas y Shanghái no perdió el protagonismo cultural, político y económico dentro de China.

Desde entonces no ha hecho más que crecer en todos los sentidos y cuando hablamos del milagro económico chino, en gran parte nos estamos refiriendo a Shanghái.

Su pujanza económica y política es tan manifiesta dentro de China que incluso ha propiciado los recelos de la propia Pekín.

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