Ciudad de Qingdao

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Es posible que Qingdao no os suene, pero si alguna vez has ido a un restaurante chino (¿quién no lo ha hecho?) seguramente habrás bebido alguna cerveza Tsingtao, el nombre antiguo de la ciudad. También es muy probable que cada verano, como tema recurrente, hayas visto en la televisión imágenes de sus playas abarrotadas de bañistas. Y que, también en la tele, durante los Juegos Olímpicos de 2008 hayas asistido a alguna competición de vela, por ejemplo en la que Echávarri y Paz consiguieron la medalla de oro. Así que no puedes decir que no la conoces.

Con permiso de Shanghái, Qingdao puede que sea la ciudad más occidental de China. A ello ha contribuido de forma decisiva la ocupación alemana que, entre 1898 y 1914, hizo de esta localidad la capital de su colonia llamada Kiautschou. Aquí construyeron sus casas con un marcado estilo centroeuropeo y aquí instalaron en 1903 la fábrica de cerveza Tsingtao, tipo Lager (rubia), la más famosa, la más exportada y para muchos la mejor de China. Y aunque en 1930 la ciudad pasó a llamarse Qingdao, han mantenido el nombre antiguo para la marca de cerveza.

Aquí Mao Zedong veraneaba en una mansión de estilo bávaro, que había sido la residencia del gobernador colonial alemán, cuando no iba a Beidaihe, el centro de veraneo de la élite política china hasta hace poco. Hoy se puede visitar su habitación como si fuera un museo.

Tras la ocupación alemana, Qingdao fue japonesa hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Por este motivo, aquí nació el famoso actor japonés Toshiro Mifune (1920-1997).

Hoy, Qingdao está volcada al mar. Es el cuarto puerto comercial de China y tiene una importante industria pesquera. Quizá por eso aquí se realizaron parte de las competiciones náuticas en los JJOO de 2008, el mismo año en el que se puso en marcha un ambicioso plan de desarrollo urbano. Por eso y porque se encuentra a sólo 5 horas de Pekín en tren de alta velocidad, que se reducen a hora y media si se utiliza el avión. Y porque aspira a ser un referente turístico en toda China y en el extranjero.

En sus 730 km. de costa, Qingdao cuenta con excelentes playas, entre ellas la de Huiquan, la más grande de Asia y sin duda una de las más concurridas del mundo. Pero seguramente no será esto lo que vaya buscando el turista español, para el que tiene un mayor atractivo el turismo cultural. En este aspecto destaca el barrio alemán en el distrito de Shinan, perfectamente conservado en torno a la iglesia protestante luterana Jidu Jiaotang y la catedral católica de San Miguel. Sus casas de piedra y tejados rojos suponen un auténtico paisaje exótico en Asia.

Seguramente nos gusta más el monasterio taoísta de Lao Shan y su entorno, a 40 km. de la ciudad, que le han valido el manido pero inequívoco apodo de “La Suiza de Oriente”. O la interesantísima gastronomía centrada en los productos del mar con todo tipo de recetas, desde la más sencilla parrilla hasta el guiso más sofisticado. Sin olvidar la vida nocturna de la ciudad, famosa por sus bares, clubs y discotecas que giran alrededor de la cerveza local. En vez de en vasos o en jarras, a los lugareños les gusta llenar grandes bolsas de plástico transparentes de más de un litro de capacidad, que se llevan para beber con una pajita. Extraño botellón. En muchos bares hay soportes con ganchos en las mesas para colgar estas bolsas, lo que puede llegar a recordar a los recipientes de suero de los hospitales. Mejor no pensarlo.

Y no se preocupen los abstemios. El agua mineral de Qingdao es tan buena, al menos, como su cerveza. Precisamente por eso instalaron aquí su fábrica los alemanes.

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